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¿Cómo cuidar la salud del corazón?

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Por: Dr. Jorge Revilla Beltri, Director Médico PROBIOMED, Agosto 2019.

Las enfermedades cardiovasculares pueden manifestarse de muchas formas provocando, por ejemplo, presión arterial alta, accidentes cerebrovasculares y arritmias (latidos irregulares), entre otras.

La enfermedad arterial coronaria, es la más frecuente enfermedad cardiovascular y representa una importante causa de muerte. A nivel mundial, de acuerdo con la OMS, los desórdenes del corazón se han convertido en la principal causa de muerte.[1][2] En México, según el INEGI, esta clase de enfermedades representan el 20% del total de las defunciones, superando al cáncer.[2]

Basados en múltiples estudios con miles de pacientes, los investigadores han identificado ciertas variables o factores de riesgo que aumentan la posibilidad de que un individuo desarrolle este tipo de padecimientos.[1]

Cuantos más factores de riesgo tenga una persona, mayores serán sus probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular. Algunos de ellos pueden cambiarse, tratarse o modificarse y otros no, pero el control del mayor número posible de los mismos, mediante cambios en el estilo de vida y/o el uso de medicamentos indicados por un médico, puede reducir el riesgo cardiovascular.[1]

Principales factores de riesgo

  • Presión arterial alta. Aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón y el riesgo es mayor si las personas con presión alta también son obesas, fuman o tienen niveles de colesterol elevados.[1]
  • Colesterol elevado. El colesterol es una sustancia grasa que las células del cuerpo necesitan. Es sintetizado en el hígado y transportado por la sangre y, además, el organismo obtiene colesterol adicional de alimentos de origen animal (carne, huevos y productos lácteos) o que contienen grandes cantidades de grasas saturadas. Cuando la sangre contiene demasiadas lipoproteínas de baja densidad (LDL o colesterol malo), éstas se acumulan en las paredes de las arterias formando una placa, lo cual puede provocar una enfermedad denominada aterosclerosis. Cuando hay demasiado colesterol en las arterias coronarias que irrigan el corazón, existe un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco.[1]
  • Diabetes. De acuerdo con la Federación Mexicana de Diabetes, el 58% de los pacientes diabéticos mueren de algún tipo de enfermedad cardiovascular. Las personas que sufren de diabetes deben ser vigiladas por un médico ya que el buen control de los niveles de glucosa (azúcar) en sangre puede reducir su riesgo cardiovascular.[1][3]
  • Obesidad y sobrepeso. El exceso de peso puede elevar el colesterol y causar presión arterial alta y diabetes. Todas estas situaciones son factores de riesgo importantes para desarrollar enfermedades del corazón.[1]
  • Tabaquismo. Fumar eleva la frecuencia de los latidos del corazón, endurece las arterias y puede causar irregularidades del ritmo cardíaco. Todos estos factores hacen que el corazón trabaje más y aumenta apreciablemente el riesgo de enfermedad cardiovascular.[1]
  • Inactividad física. Las personas sedentarias tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón que las personas que hacen ejercicio regular.[1]

 

Para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares es indispensable adoptar un estilo de vida saludable que incluya hábitos como:

  • Seguir una dieta sana. Rica en frutas, vegetales y cereales integrales para proteger el corazón. El consumo de frijoles, productos lácteos sin grasa o con bajo contenido de ésta, carnes magras y pescado forman parte de una buena alimentación. Además de limitar el consumo de grasas, se debe evitar consumir alimentos con demasiada sal y azúcar.[4]
  • Mantener un peso saludable. El índice de masa corporal (IMC) determina, con base en la estatura y el peso, si el porcentaje de grasa corporal de una persona es saludable o no. Los IMC de 25 o superiores, por lo general, se asocian a niveles más altos de colesterol, una presión arterial más alta y un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular.[4]
  • Ejercitarse 30 minutos al día. La actividad física puede ayudar a controlar el peso y reducir las posibilidades de presentar otras afecciones que pueden causar que el corazón se esfuerce, como la presión arterial elevada, el colesterol alto y la diabetes. Una buena forma de mantenerse activo es caminar a paso rápido aproximadamente 30 minutos la mayoría de los días de la semana.[4]
  • Dejar de fumar. El riesgo de padecer enfermedades cardíacas comienza a disminuir poco después de dejar de fumar. A los 20 minutos de abandonar este hábito, disminuye el ritmo cardíaco y baja la tensión arterial, dentro de las 12 horas siguientes, el nivel de monóxido de carbono en sangre disminuye hasta valores normales, después de 2-12 semanas, mejora la circulación sanguínea y aumenta la función pulmonar. En 1-9 meses, disminuye la tos y la dificultad para respirar, en 1 año, el riesgo de cardiopatía coronaria es un 50% inferior al de un fumador y en 15 años, igual al de un no fumador.[4][5]

 

Si a pesar de llevar un estilo de vida saludable una persona cuenta con múltiples factores de riesgo, el médico puede indicar el uso de fármacos eficaces y seguros para controlar y cuidar su salud cardiovascular.[1]

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